¿Cómo distinguir si la ansiedad que experimento es sana o no?
La ANSIEDAD es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Se puede leer en el cuerpo como aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, sensación de “nudo” en el estómago, falta de concentración, entre otros. Ésta es una respuesta sana del organismo para adaptarnos a alguna situación (examen, cita, entrevista de trabajo, etc). La ansiedad es energía que nos permite estar concentrados en un examen, que nos ayuda a movernos en una competencia, que nos motiva a estar activos, o que nos ayuda a huir ante un posible riesgo. Cuando se desborda el monto de ansiedad, el cuerpo encuentra la forma de advertirnos. ¿Cómo? Con alguno, algunos o todos los siguientes síntomas:
- Preocupación excesiva
- Taquicardia
- Opresión en el pecho
- Sensación de falta de aire
- Sudoración
- Temblor corporal
- Adormecimiento de manos y pies
- Tensión muscular
- Molestias digestivas
- Percepción negativa del porvenir
- Ganas de huir
- Irritabilidad
- Bloqueo mental
- Miedo excesivo
Si la ansiedad interfiere en tu actividad cotidiana, si sentís que escapa tu control o genera respuestas o miedos exagerados (en relación a la situación vivida), si comienza a interferir en tus relaciones o en tu trabajo, es momento de hacer una consulta psicoterapéutica. Si no se trata a tiempo, los síntomas pueden agravarse.
El origen es muy variado, y depende siempre de la situación de cada uno y su historia. Es común que la persona que sufra de trastorno de ansiedad intente resolverlo sólo, sin ayuda profesional y sin apoyarse en su entorno, entrando en un círculo vicioso que aumenta la inseguridad y daña la autoestima. Aceptar que uno NO TIENE que PODER siempre con TODO, es el primer paso para enfrentar este trastorno.
UN DIA A LA VEZ, UN PASO A LA VEZ, UN RESPIRO A LA VEZ.
Recuerden que estas son aproximaciones generales y no reemplazan un tratamiento terapéutico.
